¿De quién son esos pies?

Son míos. Soy Anna (Malmö, 1982) y os advierto que no me gustan los insectos, no hago trekking en la naturaleza y no sé nada, niente, nothing de ecología. Si me pierdo en el  bosque: me muero, fijo. Hasta ahora, mi única contribución a la preservación del planeta, es reciclar la basura que generamos en casa, algo que me ha inculcado mi suegra. Plástico, papel, vidrio y basura orgánica, para de contar (bueno, también guardo pilas y aceite usados debajo del fregadero, ¿eso cuenta?). Sí me gustan los días de lluvia, caminar descalza por el césped y el olor de una higuera en verano.  Pero en los últimos años, en la mini-ciudad donde vivo, no llueve casi nunca. El césped sólo se ve como elemento decorativo en las aceras de las avenidas principales. Y las higueras a las que solía olfatear con gusto, ahora, o son de propiedad privada o han perdido su sitio a nuevas edificaciones. Ajo y agua.

Calentamiento global, efecto invernadero, contaminación y agotamiento de recursos naturales, generación incontrolable de residuos, energías contaminantes o directamente mortales, industrias insostenibles, extinción de flora y fauna, sequías, inundaciones, tormentas, y hambrunas. Es lo que surge en mi cabeza cuando pienso en lo que sufre hoy el planeta. Lo oigo en las noticias, lo leo en los periódicos, o lo miro por encima en folletos informativos que a veces llegan a mis manos. Entiendo lo qué está pasando, pero se me escapa qué puedo hacer para aliviar los síntomas.¿Qué estoy haciendo para contribuir personalmente al desastre? ¿Qué puedo cambiar para no sentirme tan partícipe y culpable del daño que evidentemente causamos?

Llevo años pensando que soy medioambientalmente responsable, pero consumo y vivo de maneras que quizá no he analizado lo suficiente como para colgarme esa medalla. No basta sólo con apagar la luz cuando salgo de una habitación o cerrar el grifo mientras me lavo los dientes. Seguro que se puede hacer más, pero yo no sé cómo.

Supuestamente los blogs tienen éxito por el contenido experto que ofrecen. Destacan cuando el/la blogguer@ escriben sobre lo que mejor se le da, más ilusión le hace o mayor experiencia tenga. Pues yo de esto no sé nada, más que el verde es para botellas, el amarillo para envases y el azul para el cartón. Ignorante y encima abiertamente no ecológica, aún. Esto es mi intento verde. A lo mejor hay alguien que quiera aprender viendo cómo me equivoco yo.